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Seguro que en los últimos tiempos has oído hablar en más de una ocasión de términos como casa pasiva, passivhaus, consumo de energía casi nulo o casa biopasiva. La realidad es que cada vez existe una concienciación mayor respecto del medioambiente a nivel de arquitectura y construcción. También a nivel de normativa, la cual pretende una construcción de viviendas que demande menos energía.
En anteriores post del blog de INGECON os hemos descrito las características propias de las casas pasiva y passivhaus, y ahora, queremos explicarte un poco más acerca de otra alternativa de construcción sostenible; la construcción ecológica o biopasiva.
Unos apuntes previos sobre la construcción sostenible
Antes de entrar de detalles sobre las particularidades de las casas biopasivas, es importante hacer una serie de precisiones al respecto.
Las casas denominadas «bio», «ecologicas» o «bioclimáticas» guardan muchas similitudes, pero también una serie de diferencias importantes con las viviendas pasivas. Mientras la casa pasiva apenas consume energéticamente, precisando de un mínimo aporte de calefacción y refrigeración, las casas biopasivas pueden consumir o no hacerlo. Es decir, su característica principal no es la de pretender reducir al máximo el consumo energético, sino la de estar construidas mediante el aprovechamiento de materiales naturales o biodegradables como madera, aislamientos de corcho, piedra natural, fibra de madera, pinturas naturales al silicato, etc. De la misma manera, la casa pasiva puede estar construida o no con materiales ecológicos, y sin embargo garantizar la reducción del consumo energético dentro de un hogar.
¿Qué es una casa bio?
Si atendemos a su nombre, encontraremos una clara y sencilla definición con la que poder entender este concepto de construcción. Una casa bio y pasiva debe ser una casa pasiva, es decir, no olvidar la tendencia constructiva actual hacía el consumo nulo, pero estar construida con materiales provenientes de la naturaleza, de fuentes respetuosas con el medio ambiente. Además, son totalmente reciclables y no producen emisiones nocivas.
Para el aislamiento, por ejemplo, las empresas especializadas utilizan fibra de madera, corcho o celulosa, entre otros materiales.
Entre las diferencias de las casas pasivas con las biopasivas está el mejor aprovechamiento por parte de estas últimas de la ventilación natural y de otros recursos naturales como son el sol, el agua, el viento y el aire para producir energía doméstica. Lo que no significa que no requieran de sistemas de ventilación mecánicos. De ahí que sea fundamental que la vivienda esté situada en una ubicación favorable para aprovechar la energía solar el mayor tiempo posible.
Controlar la energía para evitar pérdidas y que esté estable todo el tiempo es otro de los puntos clave en este tipo de casas. Por eso, la instalación de placas solares es uno de los sistemas que mejores propiedades ofrece para conseguirlo.
Características que deben cumplir una casa biopasiva
Más allá del uso de materiales estrictamente ecológicos, las casas biopasivas están diseñadas para cumplir con una serie de características que coinciden con las de la gran mayoría de las viviendas dirigidas a la sostenibilidad.
Por ejemplo, renovar y reciclar la energía y reducir al máximo los residuos. Optimizar los recursos naturales disponibles para disminuir el gasto energético y, por supuesto, mejorar el confort y el bienestar de los habitantes de un hogar.
En conclusión, una casa biopasiva debe cumplir unos estrictos controles para gozar del sello de alto confort térmico así como garantizar a sus usuarios una transpirabilidad y temperatura sana y natural dentro de sus diferentes espacios interiores.
En INGECON nos preocupamos por este bienestar dentro del hogar. Por eso somos expertos en construcciones y soluciones en vivienda que reduzcan la eficiencia energética y mejoren el medioambiente. Pregunta por nuestros servicios. Estaremos encantados de escucharte y proponerte las mejores ideas para tu vivienda.