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En España, el 60 % de las viviendas tienen ya más de 40 años. Esto provoca la aparición de numerosos problemas, los cuales no solo reducen la calidad de vida en el hogar sino que también pueden llegar a afectar a nuestra salud. Humedades, mala ventilación, una mala orientación o un deficiente aislamiento térmico (también acústico) están detrás de decenas de enfermedades que, con una casa pasiva, podremos evitar.
El confort y el ahorro energético es uno de los objetivos principales del passivhaus, tan importantes como la salud y calidad de vida de los habitantes de una vivienda, pero, ¿conocemos las ventajas más importantes para la salud que podemos disfrutar en este tipo de viviendas? Desde INGECON te las mostramos a continuación.
El aislamiento es uno de los principios básicos a cumplir por toda passivhaus. Una buena envolvente de nuestra vivienda hará que la temperatura interior sea confortable, manteniendo su energía y evitando la presencia de los puentes térmicos que generan evidentes pérdidas.
Las casas pasivas, al estar completamente aisladas, no solo reducen el consumo de calefacción sino que reducen las posibilidades de sufrir cambios de temperatura, por lo que evitaremos los molestos catarros.
Adicionalmente, un buen aislamiento mejorará, respecto a las construcciones convencionales, el ruido que penetra en una vivienda, que generalmente provoca el aumento del estrés, el insomnio, falta de descanso, cambios de humor, etc. Una vivienda pasiva logrará alejar este tipo de problemas.
Otra cuestión innegociable de toda passivhaus es su garantía de calidad del aire. Un sistema de ventilación de calidad logrará la expulsión de los contaminantes del interior de la vivienda, además de evacuar el CO2 que generamos las personas. Diferentes estudios aseguran que los espacios interiores suelen estar hasta seis veces más contaminados que el ambiente exterior de las casas. Así, la calidad del aire del hogar será más que óptima.
Una vivienda ventilada con filtros de aire, además de expulsar los agentes contaminantes y el polvo, permitirá reducir los niveles de polvo, ácaros y polen que también pueden afectar al interior de las casas en primavera. Algo especialmente beneficioso para aquellas personas que sufren de problemas de alergia.
Al ser viviendas completamente herméticas y ventiladas, una casa pasiva nos ayudará a decir adiós, de manera definitiva, a las molestas humedades, las cuales pueden empeorar nuestra salud (además de suponer un problema para la estética o decoración en el interior del inmueble), sufriendo asma, infecciones pulmonares o sinusitis, entre otras.
Estas humedades, especialmente en las viviendas orientadas al norte, suelen ser frecuentes y acarrean, a la larga, un coste de mantenimiento extra en el hogar.
La orientación es clave en las passivhaus. El diseño bioclimático es tenido en cuenta a la hora de construir estas viviendas, realizando un estudio previo del clima en la zona en la que se va a construir la vivienda y, por otro lado, analizando la exposición de las viviendas al sol, la lluvia o la vegetación.
Por ejemplo, en una zona fría, la vivienda tendrá mayor orientación al sol (para poder incrementar la temperatura en los meses más fríos); mientras, en zonas con elevada pluviosidad o viento, se usarán materiales que refuercen, más si cabe, la protección del hogar frente a humedades o posibles corrientes de aire que puedan afectar a nuestra salud. En el caso del sol, además, lo ideal será aprovechar la luz del mismo, lo que conllevará importantes ahorros energéticos en el futuro.
Son a estas alturas muy numerosos los estudios que certifican los beneficios para nuestro organismo de vivir en un entorno saludable. En nuestro hogar pasamos muchas horas y por ello una vivienda passivhaus se convierte en nuestra aliada.
Los ambientes cargados y poco saludables de algunas viviendas, con mucha carga de toxinas, pueden llevarnos a tener problemas de sueño, falta de concentración, dolor de cabeza, asma y problemas respiratorios, etc.
En resumidas cuentas, vivir en un hogar que además de ser de nuestro agrado estético sea confortable, saludable y eficiente será sinónimo de calidad de vida. Una vivienda passivhaus ofrece enormes ventajas, por lo que no debes pensarlo dos veces. Buscar a un arquitecto con certificación Passivhaus, como los que forman parte del equipo de trabajo de INGECON, para construir tu vivienda eficiente y saludable. Reducirás el consumo energético y, también, posibles patologías o enfermedades.
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